En 1.942, podemos imaginar cual sería el grado de instrucción que podían tener los habitantes de El Cobre, para entonces un poblado eminentemente agrícola, ubicado a varias par de horas de carretera de La Grita y con el Páramo de el Zumbador en medio para llegar a San Cristóbal. La historia trasmitida oralmente cuenta de lo que los habitantes de esta población no dudaron en definir como una tromba marina que azotó al pueblo y acabó con no menos de una cuarta parte de su población, que para la fecha se estimaba en unos ochocientos habitantes.
Un testigo de excepción de lo ocurrido es Monseñor Carlos Sánchez espejo quien cuenta que “por casualidad del destino regresaba de La Grita a San Cristóbal por la carretera Trasandina, pasando ese día a eso del medio día, cruzo el pueblo de "El Cobre", bajo el inicio de una lluvia, y observando grandes nubes muy negras, cuando llegue a San Cristóbal al anochecer se conoció en la ciudad la noticia de la gran tragedia ocurrida en El Cobre".
Los relatos del suceso hablan de la destrucción de un gran número de viviendas, así como de una inundación que cubrió buena parte del pueblo. Para quienes conocemos el pueblo, como es hoy día, una inundación allí es poco menos que imposible, si tomamos en cuenta que el mismo está construido en una pendiente. La gente habla de que se vieron peses volando por la fuerza del viento que levantaba el agua de la quebrada que pasa por un costado del pueblo, razón por la cual es posible que se hable de una tromba marina, pues decir que en realidad lo fue es caer en el especulaciones, ya que el cobre se encuentra a 2100 metros de altura sobre el nivel del mar y a unos sesenta kilómetros de distancia en linea recta de la parte sur del Lago de Maracaibo, las trombas, que no son otra cosa que remolinos de viento sobre una gran masa de agua, suelen durar no más de diez minutos y su altura puede alcanzar entre cincuenta y dos mil metros; Sin embargo, no parece imposible que la naturaleza del fenómeno sea esta, mas si recordamos que las trombas, que en su estructura son similares a los tornados, pueden alcanzar hasta trescientos kilómetros por hora y Cobre se encuentra en las faldas del Páramo el Zumbador, el cual es azotado permanentemente por vientos huracanados, de allí su nombre.
El suceso tuvo lugar el día 27 de noviembre de 1.942 y entre los datos curiosos que he recolectado en estos últimos días está el hecho de que del cielo llovieron peces y que el caudal del agua que bajó por el pueblo fué tal que desenterró los muertos del cementerio, los cueros de una tenería que había en el pueblo fueron a parar a la Quinta, un conocido cruce de caminos a unos veinte kilómetros del cobre.
Por otra parte, la época en que se produjo la tragedia de El Cobre, parece haber sido una época de fenómenos climatológicos atípicos, así en junio 1943 el Rió Torbes presentó la más grande creciente de la que se tenga registro, destruyendo el puente colgante que para entonces unía a San Cristóbal y Táriba, el cual fue diseñado nada menos que por el célebre ingeniero francés Gustav Eiffel.