En los años sesenta, en la sede de Cicolac, filial de Nestlé, en la población de Buga La Grande, en el Valle del Cauca en Colombia, un ingeniero mecánico suizo decidió construir su propio cohete para enviar al espacio. El experimento obviamente fracasó, pues el misil volvió a caer en tierra. En San Cristóbal, en la avenida Libertador todavía puede verse u cohete construido por un italiano con el fin de celebrar la carrera espacial, n tengo mayores informacione de cuando fue construido, pero en el año setenta y seis cuno llegamos a vivir en esta ciudad el aparato ya estaba allí.
En Colombia y en Venezuela también se están gestando en estos días varios proyectos espaciales, ambos paises aspiran a tener sus satélites propios, Cóndor se llamará el Colombiano que estaba previsto a ser lanzado en marzo desde un lugar en la antigua Unión Soviética y Simón Bolívar se llamará el de Venezuela que será fabricado en China. Pero los Colombianos han ido mas allá, un astrónomo y una sicóloga han decidido lanzar un ratón al espacio.
El ratón de laboratorio, de nombre Hermes, está siendo entrenado para que pierda el miedo a las alturas, el cual es característico de los ratones, pero según lo que expresan los científicos que adelantan el experimento, esto llevará cinco generaciones de ratones, pues aseguran que el entrenamiento consistente en lanzarlo en paracaídas y elevarlo en cometa, se trasmitirá genéticamente. Me pregunto si no hubiese sido mas fácil enviar al espacio un gallonauta en lugar del ratonauta, como llaman al ratón los científicos tropicales que planean el experimeto.
En Colombia y en Venezuela también se están gestando en estos días varios proyectos espaciales, ambos paises aspiran a tener sus satélites propios, Cóndor se llamará el Colombiano que estaba previsto a ser lanzado en marzo desde un lugar en la antigua Unión Soviética y Simón Bolívar se llamará el de Venezuela que será fabricado en China. Pero los Colombianos han ido mas allá, un astrónomo y una sicóloga han decidido lanzar un ratón al espacio.
El ratón de laboratorio, de nombre Hermes, está siendo entrenado para que pierda el miedo a las alturas, el cual es característico de los ratones, pero según lo que expresan los científicos que adelantan el experimento, esto llevará cinco generaciones de ratones, pues aseguran que el entrenamiento consistente en lanzarlo en paracaídas y elevarlo en cometa, se trasmitirá genéticamente. Me pregunto si no hubiese sido mas fácil enviar al espacio un gallonauta en lugar del ratonauta, como llaman al ratón los científicos tropicales que planean el experimeto.
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