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domingo, agosto 18

La máquina del tiempo si existe.

Los seres humanos siempre hemos soñado  con viajar en el tiempo, pues la máquina del tiempo realmente existe, aunque ustedes no lo crean y lo mejor de todo es que cada uno de nosotros tiene ensamblada en su ser una de esas poderosas máquinas, lo que sucede es que no sabemos manejarla, esa máquina es parte de nuestra mente, a través de la memoria podemos transportarnos a momentos ya vividos y a través de ciertas percepciones podemos viajar también al futuro, al menos así lo aseguran los estudiosos de los fenómenos psíquicos.

A través de los sueños se manifiestan con frecuencia los acontecimientos futuros, esto es simplemente una manifestación de que las barreras del tiempo, las que separan el  presente, pasado y el futuro no existen en nuestras mentes. En realidad el concepto del tiempo tal y como ha sido estudiado por la física es válido únicamente en la dimensión material, pues en las dimensiones de la mente y el espíritu el tiempo no tiene límites, y esto es posible intuirlo al conocer las distintas dotes  proféticas de un sin número de personas que a través de la historia se han conocido.

Casos tan disímiles  como los de Julio Verne o Michel de Nostradamus han dejado testimonio escrito de la percepción del futuro, pero aún más la Biblia, la Torá, la historia de la Virgen de Fátima y las profecías de algunos Papas son muestra fehaciente de que el cultivo de ciertas disciplinas espirituales pueden abrir las ventanas del futuro, el oráculo Delfos es un antecedente importante en las artes adivinatorias, ha sido estudiado científicamente y se ha llegado a la conclusión de que la mente de las pitonisas era alterada a través de la emanación de ciertos gases que aspiraban a la hora de la adivinación además de que practicaban el ayuno.

En America es reconocido que los chamanes tienen también dotes adivinatorias, en África se practica también este arte desde tiempos inmemoriales, lo mismo que en la China y en la India. La astrología ha sido usada también para leer el futuro, además de esto las ciencias humanas han desarrollado formas de prever el futuro aplicando simplemente fórmulas lógicas y estadísticas.

Pero los viajes no son sólo al futuro, sino que también sicólogos, siquíatras y otros estudiosos de la mente humana han encontrado que mediante un proceso que se llama regresión y que se fundamenta en el hipnotismo, las personas pueden acceder a  todo lo que le pueda haber ocurrido en la vida y aún antes del nacimiento, remontandose las regresiones incluso a épocas muy  anteriores a la gestación, lo cual han tratado de explicar con la reencarnación.

Adicionalmente a las visiones a través de sueños o estados alterados de conciencia, la percepción del pasado y el futuro podría ser posible a través de otro fenómeno parapsicológico que cada vez es más aceptado, los viajes astrales o viajes hechos a través del espíritu separado del cuerpo a través de determinadas disciplinas que agudizan la capacidad de controlar la actividad de la mente y el espíritu.

 

martes, julio 30

¿vida después de la vida?

Mucho se ha escrito de la vida después de la vida. Recientemente un neurocirujano norteamericano tuvo una experiencia según la cual cayó en un coma profundo  y regresó diciendo que había visitado el cielo. Eben Alexander, quien es profesor de la universidad de Harvard asegura haber regresado para contar su historia y con ella comunicar al mundo que si existe el cielo.

De este tipo de experiencias podríamos escribir miles de páginas, pero ninguna sería concluyente. La humanidad siempre ha soñado con otro mundo en el que le son recompensadas  sus buenas acciones y sus sufrimientos en la tierra, también hemos imaginado a través de la historia que Dios tiene una morada sagrada, el empíreo, la esfera más alta de la divina comedia y que ese será el destino de  los hombres justos y buenos y justos.

La filosofía cristiana, al menos la católica  no tiene entre sus dogmas el de   la reencarnación los muertos  en otras personas o animales, aunque proclama la vida eterna  y la resurrección de los muertos. No entráremos en detalles sobre estos dos dogmas, pero si ahondáremos un poco sobre los lugares a donde moran las almas de los muertos.

Debemos comenzar por analizar lo que es el alma, hay quienes distinguen cuerpo, alma y espíritu, pero teología cristiana no distingue entre las dos ultimas, siendo el alma el componente espiritual, no material del hombre, ese componente, inmortal para los católicos es lo que nos proporciona el entendimiento y la vida misma, es la consecuencia del soplo sagrado del creador, pero si ese soplo no se extingue, si el alma no muere ¿a dónde van las almas después de la muerte?

Dante en la Divina Comedia describe los lugares a donde van las almas desde una perspectiva literaria, pero fundamentada en las Sagradas Escrituras. Distingue Dante tres distintos lugares donde irían las almas al morir en un viaje épico que hacen Dante y Virgilio, son estos el infierno, el purgatorio y el cielo. En el primero, un profundo abismo describe terribles castigos y torturas para como pena a las malas acciones cometidas en vida, el purgatorio es una gran montaña que se debe escalar como penitencia para llegar al cielo que es la morada de Dios, en donde las almas finalmente disfrutan de la vida eterna al lado del padre.  De las descripciones hechas en este poema se toman muchas de las actuales creencias sobre esos lugares.

Pero los teólogos tienen su propia versión un poco menos fantástica, el infierno es más un estado de conciencia que un lugar físico, un estado  de sufrimiento de las almas, en el que  Dios está ausente, un estado en el que el hombre se endurece en el mal. La Biblia son embargo en el Nuevo Testamento habla del fuego eterno en el cual se consumirán las almas de los malvados condenados en el Juicio Final. Algunos teólogos aseguran que el fuego es una figura, porque el fuego no puede actuar sobre el espíritu.

El purgatorio, contrario a lo que se piensa normalmente, no es un sitio de castigo sino un estado de preparación para llegar al cielo, por ello dicen estos teólogos  el purgatorio debe ser visto con la alegría de saber que estamos en camino de llegar ante Dios. El cielo, finalmente, es la presencia del hombre ante Dios, la revelación de la Divinidad. Para los orientales es el nirvana, la realización completa del hombre. 

Independientemente de las creencias, los dogmas, la filosofía y la teología, estamos claros que de los valores, de asumir la vida como una misión de servicio a los semejantes y a toda la Creación, una misión en la que demos amor al prójimo, de allí depende la felicidad y la plenitud espiritual. Si el alma es inmortal como nos enseñaron nuestros padres, seguramente recogerá todas esas energias positivas y nos llevará a un estado de felicidad plena en el plano de la eternidad. Si por el contrario la vida termina con la muerte física, la felicidad la encontraremos con la paz espiritual que se consigue con obrar bien.