sábado, julio 27

La fascinante personalidad del diablo.

"Por favor,déjame que me presente, soy un hombre de riquezas y buen gusto. Ando rodando desde hace muchos años." Así comienza la letra del canción éxito de los Rolling Stones que quizá más difusión ha tenido y que ya forma parte de acervo cultural de la humanidad: Simpatía por el Diablo. Y es sobre el Diablo precisamente que voy a escribir esta vez.

En la pasada oportunidad les comenté acerca de Dios y el concepto que de el tenemos en el siglo XXI, en otra oportunidad había escrito que ya no concebimos a Dios como un viejito sentado en una nube vigilando a los mortales para evitar que caigamos en pecado. Lo mismo podemos decir del diablo, ya para quienes vivimos en esta convulsionada época el diablo ha dejado de ser un tipo de nariz grande, piel de color rojo, cuernos, cola y un tridente en la mano y que se escabulle en la oscuridad tentando a los fieles y comprando almas para llevarlas a su morada, el infierno, que de ser así sería a estas alturas de la historia el lugar más superpoblado del universo.

Durante siglos se entendió al demonio como el espíritu del mal, capaz de adquirir diversas formas, desde la serpiente que tentó a Eva,  hasta la caricatura del hombre del tridente. El demonio para Jung representa un arquetipo que encarna la desconfianza, la imperfección, la traición, la destrucción, el miedo y el caos o el sufrimiento. Ese concepto de demonio surgido del inconsciente colectivo ha sido estudiado y desarrollado por filósofos, teólogos científicos y gente común. El diablo Ha sido utilizado por las religiones para infundir miedo a los fieles, por los políticos para a través del miedo lograr controlar la sociedad  y por los padres para evitar las travesuras de sus hijos. Donde la promesa del paraíso no alcanza a ser tentadora, la promesa del infierno aterra a los hombres y los hace entrar por el el hilo. 

La  Biblia se refiere al Diablo como un ángel rebelde, expulsado del reino de los cielos como castigo por haberse enfrentado a Dios, el Apocalipsis asegura que fue enviado a la tierra con una corte de ángeles rebeldes "Echaron, pues, al enorme Monstruo, a la Serpiente antigua, al Diablo o Satanás, como lo llaman, al seductor del mundo entero, lo echaron a la tierra y a sus ángeles con él". San Pedro dijo que Dios  "no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que los encerró en cavernas tenebrosas, arrojándolos al Infierno"  Estas dos citas si la uniéramos nos harían concluir que el reino del demonio está en la tierra.

Pero en el siglo XXI, la mayoría de los habitantes de este planeta no aceptamos la idea del demonio como un ser encarnado o personificado, sino que más bien aceptamos que es una simple figura que quiere significar lo que es el mal. En unas palabras atribuidas a a Juan Pablo II  decía que el mayor triunfo del demonio es haber hecho creer a la humanidad que no existe,  el Papa Francisco fue más allá en un libro publicado en 2.010 en el que decía “Creo que existe el diablo” y “su mayor logro en estos tiempos ha sido hacernos creer que no existe”.  “Sus frutos son siempre la destrucción: la división, el odio y la calumnia".

 Esto no quiere decir que la Iglesia predique la existencia del "diablo persona," pues el mismo el Jesuita Gerard Balzac  explica que Bergoglio sigue las enseñanzas de Ignacio de Loyola quien decía que “el enemigo” a menudo trata de corromper las inclinaciones y atracciones generalmente positivas – incluyendo los deseos por el amor o logro y una atracción por la belleza – para crear la desesperación o “los deseos desordenados” que destruyen la paz interior y al final mueven el foco de la persona lejos de amar y servir a Dios.". Esto nos lleva a pensar que el concepto de "el enemigo", "el diablo" o "el demonio" no son sino manifestaciones negativas que surgen de nuestra propia mente.

Todo esto nos lleva a concluir que el bien y el mal son la razón de la existencia del concepto o el arcano del demonio. El bien y el mal son creaciones de nuestra mente, ya lo habíamos mencionado cuando hablamos de la inexistencia de esos conceptos en los animales  y puedo añadir que al avanzar la civilización, ciertas manifestaciones que eran consideradas pecaminosas vienen siendo asimiladas en la sociedad como normales y hasta positivas. En los sesenta, por ejemplo, apareció el control de la natalidad que era visto como una aberración y que hoy no sólo es aceptado, sino promovido como solución a la superpoblación y sus consecuencias. Un ejemplo más banal el es el uso de la minifalda reservado en otra época a las prostitutas hoy es visto con normalidad y ciertamente con alegría y simpatía.

Nos queda por analizar dos puntos muy disímiles y bastante profundos y controversiales: Las posesiones  demoniacas, el exorcismo  y la revelación hecha por la, Virgen de Fátima a los Pastores en la que les mostraba una visión del infierno. 

Si aceptamos como cierto el testimonio de los Pastores de Fátima, y no hay por qué no hacerlo si la mayoría de las  profecías se cumplieron, podríamos pensar que ese infierno mostrado por María y  descrito por los niños no dista mucho de los horrores que se vivieron en la guerra y que aún se viven en las calles como producto de la violencia ¿no es acaso el infierno lo que vivieron los prisioneros de Hitler en los campos de concentración o los habitantes de Hiroshima y Nagasaki con la,explosión de las bombas atómicas o lo que aún se vive hoy en Colombia a causa de los ataques de guerrilla o lo tienen que soportar ciudadanos inocentes en Palestina o Israel?

Sobre las posesiones demoníacas la tendencia en la sociedad es atribuirlas a fenómenos de la mente producto de patologías como la epilepsia o producto del consumo excesivo de alcohol u otras sustancias capaces de afectar la psique; Sin embargo, si hablamos con algún sacerdote que haya practicado un exorcismo nos dirá que realmente hay manifestaciones sobrenaturales que comprueban la presencia de entidades demoniacas en las personas poseídas, ante estos argumentos la opinión de la mayoría tiende hacia el escepticismo.

Personalmente me inclinaría por a atribuir las posesiones a fenómenos de la mente, pero no tengo ningún elemento de convicción por medio del cual pueda llegar a una aseveración negativa de la posibilidad de que algún plano pueda manifestarse el espíritu del mal, una energía negativa que lleva a las personas dañar a sus  semejantes y que abre las puertas del sufrimiento y la locura de las pasiones desenfrenadas.

Como diría Jagger "He robado el alma y la fe de muchos hombres. Yo estaba allí cuando Jesucristo tuvo su momento de duda y dolor y me asegure por los infiernos que Pilatos se lavara las manos y sellara su destino...Encantado de conocerte..."

    

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