lunes, julio 22

Repensando a Dios en el siglo XXI

El siglo XXI, época que tenemos la fortuna de transitar es un tiempo en el cual las barreras políticas, sociales, físicas y espirituales tienden a desaparecer gracias a el fenómeno de la globalización. Vivimos en una sociedad que tiene dentro de sus objetivos la igualdad entre los hombres, en  la que los conocimientos son de acceso general gracias a a los medios de comunicación masiva,  entre ellos internet, una sociedad en la que cada vez más personas tienen acceso a la tecnología y en la que la ignorancia, los mitos y los dogmas tienden a desaparecer.

La ciencia ha avanza a pasos agigantados, la comprensión de los fenómenos del universo es cada vez mayor, el genoma humano ha sido estudiado y descifrado. Se experimenta en laboratorios con animales y con plantas, las máquinas ahora son inteligentes, las barreras del tiempo y el espacio se han roto gracias a los medios de comunicación, la aviación, los trenes ultra rápidos, las comunicaciones inalámbricas, los satélites, la exploración del espacio y el cosmos hacen que podamos trasladarnos en lapsos muy cortos de un lugar a otro y que podamos comunicarnos en forma casi instantánea con voz e imagen a cualquier punto del globo terráqueo y todo por un costo prácticamente insignificante.

El hombre parece estar dominando al muno como nunca antes, aún a costa de la destrucción del medio ambiente, pero siempre con la convicción  de poder enmendar el daño que se está ocasionando, lo cual pone irresponsablemente  el tema en un plano secundario. Pero por encima de toda consideración nos preguntamos ¿cómo queda el concepto de Dios ante los avances de la ciencia y la sociedad?

Históricamente Dios puede verse desde varias perspectivas: el creador, el ser y la referencia moral. La manera mas fácil de responder a esas preguntas es diciendo que existe una fuerza superior en la génesis de todo lo que existe y que es esa misma fuerza la que ha llevado los seres humanos a transitar los caminos de su evolución histórica.  La otra manera de responderse las interrogantes planteadas en decir que Dios no existe y que todo la historia es un accidente de la naturaleza.

La génesis del universo es vista y analizada actualmente por los físicos y otros hombres de ciencia  desde la, perspectiva de la teoría del Big Bang, que dada una serie  indicios fya comprobados establece que el  todo surgió de una gran explosión que se produjo a nivel de partículas subatomicas y que generó una reacción  en cadena que dio le origen. 

La pregunta ahora es que había antes del big bang, aquí comienza a aparecer la idea de una fuerza superior, un átomo, una chispa o algo que desató la reacción en cadena que dio origen al   Universo. Aquí es donde comienza a aparecer la idea del Dios Creador, idea que es aceptada hoy por miles de millones de personas desde la perspectiva de las distintas religiones, pero que aún así no alcanza a ser entendida por ningún ser humano, al menos ninguno ha sido capaz de explicarla.

En las religiones judeocristianas esta creencia se basa en el texto del Génesis que habla de que Dios creó el cielo y la tierra, antes de eso sólo existía Dios de acuerdo al Libro Sagrado, pero surgen muchas interrogantes, la primera ¿quien es Dios? Surge aquí el primer problema no resuelto por la ciencia. La repuesta más cercana podría es decir que Dios es un  infinito y su ser trasciende al concepto de espacio y tiempo.  La nada es la ausencia de espacio y de tiempo, Dios coexistió con la nada por ser infinito, es decir no mensurable en relación al tiempo o al espacio  ¿están convencidos? Yo tampoco, aquí comienzan los misterios y ellos nos lleva a hablar de la Fe, algo que no parece encajar con la mentalidad materialista de este siglo.

Ya al hablar de la creación hemos tocado el tema de Dios como ser: en principio lo hemos relacionado con el tiempo y el espacio y de lo dicho podríamos intuir que no es un ser material, no está hecho de ninguna materia conocida, entonces ¿si no es materia que es energía acaso? Es una respuesta posible, de hecho una buena parte de los seres de esta época tratamos de explicarlo como tal,  pero la energía no es otra cosa que la masa por la velocidad de la luz al cuadrado (E=m*c2),. Concluyo entonces que la energía concebida desde el punto de vista de la física no puede ser asimilada a el concepto de Dios, pues la energía es susceptible de ser medida, ergo no es infinita. En  este punto debo anotar que no soy físico ni teólogo y que no pretendo ser predicador.

Entonces para explicar la naturaleza de Dios  debemos adentráramos en un plano totalmente diferente, el plano o la dimensión del espíritu, pero recordemos que estamos en el siglo XXI y que como Santo Tomás decimos "ver para creer". Quizá si estudiamos un poco al sicólogo Karl  Jung podamos entender  algunas cosas.  Nos  hablaba el sicólogo suizo de los arquetipos, figuras que emergen del inconsciente colectivo y que son manifestaciones de realidades percibidas por el hombre a través de una especie de conexión con sus semejantes a través de la historia, entre esos arquetipos está el Maná que  no es otra cosa que el poder espiritual representado en un salvador, esa personalidad fuerte a la que acudimos en última instancia, el pan que cae del cielo

¿Es entonces Dios una manifestación del inconsciente colectivo, una creación de la historia de la humanidad manifestada en las mentes de los individuos? Podría ser, pero  todavía nos quedaría por por responder quien creó el universo.

Pero volviendo a la naturaleza de Dios y al plano espiritual, anotamos que  no pocos autores aparte del plano material existe un plano o esfera espiritual, por etimología espíritu proviene del latín spiritus  que significa aliento y a su vez es sinónimo de vida. El espíritu sería entonces la fuerza vital, la energía que da vida a los seres que la tienen. Dios podría ser la suma de todas esas energías, aunque hay quienes lo reducen a un espíritu individualizado, un ser espiritual todo poderoso e infinito, pero creemos que de ser así, por infinito abarcaría a todos los demás seres, plantas, animales y seres humanos. 

Los hinduistas hablan de una fuerza vital o Prana que estaría en todos los seres de la creación, los chinos le llamaban Tao y la consideraban el fluir de la naturaleza, su fuerza creadora o conductora. Hoy día muchas personas, aún algunos de raíces cristianas aceptan las teorías de los hinduistas y los budistas para explicar la naturaleza  Dios, como vemos esta concepción no es lejana a la de la energía suprema, pero en cierta forma pone a un lado el problema del carácter infinito de Dios por ponerlo en otro plano distinto del material.

Pero nos queda otra pregunta ¿si Dios es infinitamente bueno y nos creo a su imagen y semejanza por qué existe el mal y el sufrimiento?  Podríamos dar una respuesta simple: sin sombra no hay luz y  así volvemos de nuevo a los arquetipos de Jung. La sombra es otra manifestación del inconsciente colectivo que se refiere a determinadas actitudes que van en contra de nuestra propia consciencia, no se trata de una manifestación del mal propiamente dicho, sino más bien de los  instintos primitivos de la personalidad. Toda escala de valores es relativa, un pájaro que caza un pequeño gusano para alimentar a su cría no piensa que esta dañando al gusano, sino que está siguiendo el instinto de alimentar al polluelo, al final está haciendo bien dede ese punto de vista.

La sociedad ha creado escalas de valores  para poder vivir en paz, en razón de ello ha desarrollado conceptos como la justicia, el bien común, la solidaridad social y de ellos han surgido otros como el delito, el pecado, la prisión, el destierro, la pena de muerte etc. Es el hombre, no Dios el que ha creado el bien y el mal. Para las civilizaciones medievales al llevar a la hoguera a los herejes era hacer el bien pensando en mantener al mundo dentro de la Fe. En la sociedad actual nos guiamos por las leyes del hombre, pero esas leyes en muy buena medida están basadas en los mandamientos de la ley de Dios, de lo que resulta  que las el respeto a la ley ha dejado de tener la dimensión universal del respeto a Dios y ha pasado a tener un valor intrínseco, se respeta a la Ley por ser Ley.

Al hablar del bien y del mal nos vamos a encontrar con otro concepto que es parte de idea que tenemos de Dios, el concepto de amor, otra fuerza que se manifiesta en los seres humanos y que sirve de impulso a su actividad diaria. El mensaje de Cristo se basó en el amor entre los hombres, pero también en el amor a la creación y Dios, aquí nos encontramos otro tipo de energía que no tiene explicación desde el punto de vista material y aunque lo llevemos al plano síquico, siempre quedarán preguntas sin responder sobre el origen de este sentimiento que se manifiesta no sólo en los seres humanos, sino en los animales y hasta en las plantas, según se ha podido verificar a través de estudios físico químicos, sin embargo el amor es considerado como una manifestación del espíritu humano. Muchos aceptan como cierto lo que parece ser una frase hecha: Dios es amor ¿será esa la respuesta que buscamos?

En conclusión en este siglo XXI Dios sigue siendo considerado el creador, aunque no se acepte la concepción bíblica de la creación en siete días, seguimos sin entender la naturaleza de Dios, lo ubicamos en un plano espiritual cuyo concepto no alcanzamos a entender y finalmente creemos que el bien y el mal no son de su responsabilidad, sino de la nuestra.  Lorenzo Torrente Ranera ha dicho que "parece que Dios esté fuera de duda, pero también fuera de juego, sin incidencia en nuestros debates."  

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