domingo, septiembre 14

Un mundo mejor.

Tenía mucho tiempo que no pasaba por el malecón en la ciudad de Cúcuta, ayer tuve la oportunidad de hacerlo y cual no será mi sorpresa al ver los árboles de Oití que la ultima vez que estuve allí eran unas pequeñas plantas y que hoy cubren frondosos todo el lugar dándole un frescor envidiable aún el extremo calor de esa ciudad. Pero cuando hablo de mucho tiempo me refiero a dos o tres años. Esto indica que si hoy plantamos un árbol en menos tiempo del que pensamos vemos realizada una gran obra, en la que además de todo interviene nuestra mano y la mana de Dios hecho naturaleza. Mejor socio no se puede tener.

Por cierto recomiendo la lectura de la segunda parte de Pistas Practicas para cuidar la tierra publicado esta semana en la Columna Semanal de Fray Leonardo Boff. Le voy a robar esta vez solo un decálogo del padre Cicero Romao Bautista que forma parte del artículo de hoy:

-No tale el bosque, ni siquiera un árbol.
-No prenda fuego en el campo de cultivo, ni en el yermo.
-No cace más, deje que los animales vivan.
-No críe al buey ni al chivo sueltos: haga cercas y deje que el pasto descanse para que pueda rehacerse.
-No plante encima de la sierra, ni siegue en una ladera muy inclinada, deje que la vegetación proteja la tierra para que el agua no la arrastre y pierda su riqueza.
-Haga una cisterna en su casa para guardar el agua de lluvia.
-Represe los riachuelos de cien en cien metros aunque sea con piedra suelta.
-Plante cada día por lo menos un árbol hasta que todo sea un vergel, completamente verde.
-Aprenda a sacar provecho de las plantas propias del campo

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