viernes, junio 13

Tecnología y Dios.

Desde l0s principios de la humanidad han existido dos elementos que han servido como instrumentos de dominación del hombre a sus semejantes. Quizá uno tiene mas fuerza que el otro, pero al fin y al cabo se han servido el uno del otro y se han dado apoyo mutuo: se trata de la tecnología y la religión.

El desarrollo de tecnologías primitivas permitió a ciertas castas que la dominaban hacerse del poder en sus comunidades y esa misma tecnología sirvió a los pueblos que la dominaban someter a otros pueblos, así se fueron creando las dinastías, las naciones y los imperios.

El problema que surgía entonces era el de la legitimad ¿Qué valores éticos o morales podían sustentar un poder originado por el conocimiento oculto de las tecnologías que daban superioridad a unos pocos en las batallas internas de los pueblos o en las de estos con otra?

Los monarcas primitivos sustentaban filosóficamente su poder en el supuesto origen divino de su soberanía, incluso los ingleses al pasar a los Estados Unidos llegaron a hablar de un destino manifiesto, es decir de una misión que trascendía los designios de los hombres que les imponía la tarea de colonizar los territorios conquistados y expandirse para llevar a otras tierras una forma de vida y una relación de esta con Dios.

Los españoles conquistaron y colonizaron nuestra América basados en la creencia que a través de la corona española estaban representando a Dios padre y estaban liberado a nuestros suelo de la barbarie de los pueblos autóctonos que eran idólatras, hacían sacrificios humanos y negaban someterse a sus conquistadores.

Todos esos argumentos fueron simples racionalizaciones para cometer actos de barbarie contra los pueblos que sometieron gracias al poder que les daba la tecnología armamentista que traban desde el viejo continente, La polvera, los cañones, las naves marítimas que les transportaron fueron esos elementos tecnológicos que sirvieron para dominar a los pueblos autóctonos.

Hoy día la tecnología armamentista ha llegado a niveles insospechados hace unas pocas décadas y esa tecnología sigue siendo factor de dominación en todos los niveles. Las religiones, por su parte, han sabido mantenerse bajo el cobijo de quienes detentan la tecnología sin cuestionar la legitimidad al poder que les el dominio de esta.

La ética y la moral están llamadas a ser el elemento de control de los abusos de poder de quienes detentan el conocimiento tecnológico, que visto desde un punto de vista amplio no es contra cosa que una manifestación de la fuerza, esa fuerza que siempre se ha opuesto a la razón.

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