domingo, septiembre 9

Teoria de las equivalencias.

Acabo de terminar de hacer la primera lectura del libro “Hugo Chávez y el Socialismo del Siglo XX” de Heinz Dieterich, una obra que todos deberíamos leer para comprender el rumbo que pretende dársele a nuestro país y el cual pueden bajar sin costo alguno en PDF.

He recordado mucho a mi padre leyendo a Dieterich, pues siempre nos decía que teníamos que estar preparados para vivir en una sociedad socialista, obviamente ya no será en una sociedad al estilo soviético y posiblemente tampoco nos tocará a nosotros sino a nuestros hijos o a nuestros nietos, pues según lo que deducimos de esta lectura estamos apenas en una fase de transición que creo durará muchos años.

El proceso de nuestro país es apenas un globo de ensayo, un experimento que pudiera llegar materializarse, pero que de no asumirse con la seriedad y responsabilidad que requiere una obra de semejante magnitud irá directo al fracaso. Se debe formar una sociedad capaz de comprender el reto histórico que significa transitar por estos caminos de la evolución social y es nuestra responsabilidad educar a nuestras futuras generaciones para que lo hagan sin contaminarse con la propaganda de uno u otro sector y lo mas importante sin caer el bajo mundo de la politiquería insensata de quienes solo piensan en función de los cargos públicos para beneficio propio.

Creo sin embargo que el proceso al final se dará en forma inversa a como es presentado metodológicamente por Dieterich, lo cual no implica que el afirme que el curso de los acontecimientos se dará en el orden que se explican sus elementos. Pienso que primero surgirá el ser racional que comprenda la necesidad de la evolución hacia la democracia directa y que una vez establecida esta la economía evolucionará hacia una forma de mas justa distribución que podríamos llamar socialismo o de cualquier otra manera.

De la obra de Dieterich me queda por digerir bien la teoría de las equivalencias según la cual el valor de los bienes y servicios que se produzcan debe establecerse por un sistema que viene dado por el tiempo de trabajo que se invierta en su producción y no por las leyes de la oferta y la demanda.




Por cierto, según los cálculos que se presentan en el mismo libro, en la producción de cada ejemplar de la edición se invirtieron menos de veinte minutos, lo cual es mucho menos de lo que invertí yo en leer el primero de sus siete capítulos y menos de lo que tardaré en escribir este post, el cual si fuese hecho con el fin de proporcionarme mi sustento en teoría valdría mas que un ejemplar del libro de Dieterich, claro que cada vez que alguien lo lea irá rebajando en una proporción geométrica su valor, lo cual no parece tener lógica.

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