viernes, marzo 30

Un gran amor...


En estos tiempos de crisis, cuando un par de zapatos clarcks hechos en Vietnam están costando casi medio millón de bolívares, de los devaluados de hoy, es mas que justo rendirle homenaje a los zapatos viejos, aquellos que nos han llevado y nos han traído, aquellos que protegen nuestros pies y que ya de tanto usarlos ni los sentimos.


Este homenaje nada tiene de original, en Cartagena hay un monumento a las botas viejas en medio de una avenida, pero curiosamente no es un homenaje a los zapatos viejos, sino a la misma ciudad de Cartagena, a la cual un poeta le cantó comparando su amor por ella por el amor a zapatos viejos. Par ellos, para ese par que ya están rotos de tanto caminar va este post y en su memoria trascribo el poema del sabio cartagenero que supo así medir el amor a su ciudad.


Noble rincón de mis abuelos.
Nada como evocar cruzando callejuelas,
los tiempos de la cruz y de la espada,
del ahumado candil y las pajuelas,
pues ya pasó ciudad amuralladatu edad de folletín.
Las carabelas se fueron para siempre de tu radaya
no viene el aceite en botijuelas
. Fuiste heroica en tus años coloniales,
cuando tus hijos águilas caudales,
no eran una caterva de vencejos.
Más hoy plena de rancio desaliño,
bien puedes inspirar este cariño
que uno le tiene a sus Zapatos Viejos.




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