La Dieta del Fin de Semana.

La cocina es una de mis pasiones aunque no tengo mucho tiempo para meterme a la cocina a disfrutar del placer de cocinar, así que este fin de semana decidí hacer gala de mis pocos conocimientos culinarios y cociné tres platos muy distintos pero bien sabrosos.
El primero fue un asopado de Mero que preparé el sabado, había quedado picado con uno que me comí en Playa el Agua la semana pasada. Hice por un lado un caldo con mero y vegetales, muy sencillo y por otro un sofrito en aceite de oliva con cebolla, pimentón y ajo allí agregué trozos de Mero picados en cuadritos y cuando estuvo dorado le añadí el caldo, mas o menos un litro y en el puse una taza de arroz con un poquito de azafrán, un toque de curry, sal y pimienta y un puñado de petit pois previamente cocinados. Cuando el arroz estuvo blando baje el asopado y lo serví en platos hondos con un toque de perejil y pimienta por encima. Quedó de veras exquisito, además de que revivió los días de playa.
El domingo preparé un brunch con mojito trujillano, esto es unos huevos revueltos sobre un sofrito de cebolla, pimentón y mucho tomate, son tres tomates grandes para cinco huevos y una taza de leche, se debe cocinar batiendo siempre la mezcla para evitar que se corte. Se le añade además mucho perejil y cilantro picadito y un par de cucharadas de crema de leche Paisa, además de un buen ají para darle un toque picante. No tuve tanto éxito, pues los huevos se cortaron al final y quedó como un perico cualquiera el cual acompañamos con arepas andinas de maiz, esto es grandes y delgadas, tipo tortilla mexicana, queso paisa, lomo de cerdo embutido preparado magistralmente por Alirio en la panaderia tres esquinas café negro y jugo de naranjas recien exprimidas.Creo que nunca podré preparar un mojito igual al que prepararó hace muchos años Ema La Porta en mi casa de Mesa de Aura.
La cena fue más exquisita, preparamos un carpaccio de lomito, dejando macerar rebanadas muy finas de la carne previamente salpimentada en jugo de limón y aceite de oliva, este proceso duró unos veinte minutos y se hizo en el refrigerador. Al tomar un color blanquecino la carne le drenamos el limón y servimos en un plato llano añadiendo aceite de oliva, pimienta recién molida, un toque de alcaparras y queso parmesano, en este caso usamos queso añejo tachirense, un producto de Pastca que cuidado no es hasta mejor que los parmesanos que se consiguen en el mercado. Junto al carpaccio servimos unos pimientos morrones en una solución suave de vinagre que estamos produciendo a nivel experimental en Conservas La Nona. Como ultimo plato preparé unos raviolis de espinaca en un pesto muy particular que elaboramos con albahaca fresca recién cosechada de una planta que tenemos en la cocina y que trajimos de Vivero Peribeca, perejil y en lugar de piñones utilizamos unas cinco semillas de merey o marañón, añadimos sal, tres cucharadas grandes de queso añejo Tachirense, el mismo que utilizamos para el carpaccio y aceite de oliva hasta cubrir el resto de los ingredientes, todo eso lo trituramos con un procesador de mano y obtuvimos un pesto digno del mejor ristorante italiano.




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