sábado, agosto 6

El Santo Cristo

Regresando de Mesa de Aura en las faldas del imponente Páramo del Zumbador pudimos ver anoche el río de gente en peregrinaje hacia el santuario del Cristo de La Grita. Son casi ochenta kilómetros desde San Cristóbal a la meta de los peregrinos, hacía frío y eran evidentes los peligros que enfrentaban los caminantes. Hay que subir dese 809 sobre el nivel del mar en la capital del Táchira hasta más de 2400 en el Páramo, los paisajes son de extraordinaria belleza, quizá la mayor recompensa en el camino, solo superada por la satisfacción espiritual de llegar a donde está el Santo Cristo.

Es toda una hazaña de fe y una manifestación de esperanza. Alguien decía que es una forma de entretenerse y disfrutar de una jornada de ejercicio físico, creo que es muchísimo más que eso, es una forma de dar tributo al señor, demostrando que se es capaz debacle un gran sacrificó buscando el lado espiritual de la vida. Me preguntaba cuantas intenciones, cuantos dolores, cuantas alegrías, cuantos agradecimientos, cuanta solidaridad humana hay en los caminantes que en un reto que puede llegar hasta a 18 horas de caminar por las escarpadas montañas de nuestro Táchira manifestando su fe. Dios les retribuya con creases su esfuerzo,  

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