domingo, septiembre 15

La sexalescencia.


Las cadenas milagrosas, los concejos de auto ayuda en Power Point con fondo musical de los Carpenters que llegan a nuestros buzones electrónicos con frecuencia son casi como virus que se reproducen en las computadores y que hasta han llegado a dar origen a que los diferentes servicios de correos tengan una carpeta para la basura que nos llega,por esa vía.

Hoy recibí uno de esos correos y me atreví a abrirlo porque venía referido de una persona sería que normalmente no se presta para cosas inútiles y en efecto me puso a reflexionar sobre la etapa que vivo en estos momentos. Nuestros   hijos todavía están muy jóvenes y no han terminado su proceso de formación, por ende dependen de nosotros para educarse y vivir. Pero el asunto fue que fuimos padres en una edad por encima del promedio.  Esta circunstancia obviamente nos cloaca en una posición diferente a muchos de nuestros compañeros de generación, pero no hace que seamos totalmente diferentes, ni que veamos la vida desde otro punto, al contrario, quizá remarca ciertas posiciones que pudiéramos tener como generación.

El correo habla de una nueva generación de personas que están al rededor de los sesenta y los setenta años en quienes se ha identificado una actitud ante la caída  que no era común en otros tiempos. Esta generación de sesentones y setentones ha sido bautizada como los sexalescentes, haciendo parangón con los adolescentes, un término que por cierto no tiene más de un siglo de existencia. 

Los sexalescentes tienen una actitud distinta ante la vida porque cuando miran hacia atrás ven un camino recorrido lleno de satisfacciones, pero no por esto pierden la capacidad de mirar hacia adelante y tener sueños y van más allá trabajan con la energía de sus años para hacerlos realidad, quizá no para ellos, sino para las generaciones que vienen atrás. 

Esto me recuerda una anécdota de mi padre, quien a los setenta años comenzó a reforestar unas tierras en el pie de monte andino y un vecino sorprendido le preguntó si tenía idea de cuantos años tardaría en ser explotable el bosque que estaba sembrando y su respuesta fue que tenía plena conciencia de  que no estaría vivo para entonces, pero que si el no lo sembraba nadie lo haría. También viene a mi memoria Don Pancho Ramírez quien cuando cumplió noventa años por iniciativa propia empacó sus maletas y se fue  con algunos de sus hijos a conocer la Gran Sábana.   

No he llegado aún a los sesenta y mi esposa aun no llega a los cincuenta, pero ya he comenzado a sentir un cambio en la forma de mirar la vida que anuncia la pronta llegada de la sexalecencia, una edad que espero este llena de sueños y realizaciones para el futuro de quienes no son otra cosa que nuestra continuación, entre otras cosas se me ha despertado el interés por compartir mis conocimientos y mis experiencias, por ello escribo con pasión y por ello comencé a dar clases en la universidad en donde además de llevar a la discusión las bases del derecho, hablo de la vida y escucho las experiencias de mis queridos alumnos.

Sobre el tema de la sexalescia, un periodista del Diario La Nación de Buenos Aires quien recibió el correo que me motivó a compartir estas líneas escribió un interesante articulo que podrán leer en  http://www.lanacion.com.ar/1406606-sexalescencia


 

No hay comentarios.: