miércoles, diciembre 23

La muerte de Fidel Castro y la caída de Chávez en el ranking de llas profecías del 2010.

La muerte de Fidel Castro está en el top del ranking de las profecías que comienzan a circular por internet este fin de año, yo profetizo que se equivocarán de nuevo, como también se equivocan quienes anuncian como hecho cierto la caída de Chávez, un magnicidio en los Andes, un Tsunami en el pacifico, la explosión del volcán Yellowstone o el asesinato de Barak Obama.

Más probable resulta una recaída de la economía mundial o la muerte de Sandro que sigue luchando por la vida desde hace meses o sequias en Sur América e inundaciones en China. Las bolas de cristal han existido por siglos, pero su única utilidad ha sido engañar a los incautos.

Por supuesto que nos encantaría poder predecir el futuro. Hollywood se ha encargado de lanzar la especie de que estamos a pocos años del apocalipsis del 2.012 pronosticado por los Mayas y que hasta en la Biblia aparece la fatal fecha como fin de los tiempos. San Malaquías profetizó que el último Papa seria este a quien le asignó el símbolo de gloria de la paz, no será para los afganos, los israelíes, los palestinos o los colombianos, los astrólogos han hecho su aporte también hablando de una alineación planetaria con un hoyo negro que estaría en el centro del universo y que invertiría el magnetismo de los polos.

Quienes nos atrevemos a hablar de las profecías por lo general no tenemos idea de lo que estamos hablando, entonces buscamos explicaciones en las ciencias ocultas, que están ocultas porque no aguantan el más mínimo análisis científico, entonces es cuando entramos en el campo del espiritismo, las ciencias gnósticas o el fenómeno ovni.

De todos modos confieso que no dejo de entretenerme especulando con Nostradamus, el Código de la Biblia o las profecías de los Mayas. Pero si yo fuera Fidel Castro no dejaría de preocuparme, no por el dicho de los profetas, sino por el curso natural de las cosas, que solo conducen a un solo sitio, una tumba en un cementerio o un cofre para nuestras cenizas y si las cosas son como deben ese individuo debe estar más cerca de eso que el resto de sus congéneres.

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