miércoles, abril 30

Que frío hace en el infierno.

El infierno para los cristianos ha sido secularmente un lugar de castigo al cual son enviadas las almas de quienes durante la vida no han observado el comportamiento debido y al contrario se han entregado a actuar contra los mandamientos. La imagen mas común es un sitio rodeado de fuego gobernada por el demonio en donde se le propician los peores castigos a las almas.

Esta concepción viene dada por la idea de recompensa y castigo para la humanidad, quien se porte bien será premiado con el cielo y quien no indefectiblemente irá al infierno. En otros tiempos la imagen del infierno estaba mas arraigada entre los humanos, en las noches nuestros abuelos rezaban el rosario y recitaban interminables letanías rogando por la salvación de sus almas del fuego eterno del infierno.

El Papa Juan Pablo II dijo que “El infierno indica más que un lugar, la situación en la que llega a encontrarse quien libremente y definitivamente se aleja de Dios, fuente de vida y de alegría.” Entre las revelaciones de la Virgen María a las videntes de Fátima está una visión del infierno que describen de la siguiente manera “vieron un agujero en el suelo. Ese agujero, era como un mar de fuego en el que se veían almas con forma humana, hombres y mujeres, consumiéndose en el fuego, gritando y llorando desconsoladamente.”

Otras religiones conciben también el lugar de castigo de las almas, mientras quines creen en la reencarnación hacen del karma la forma de castigo. En nuestros tiempos muchas personas piensan que el infierno está en la tierra y que es vivido por muchos. La conciencia puede influir en la vida de todos al contrastar los valores con los actos propios.

Cuando recitamos el credo decimos que Jesús descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos, esto al decir de los cristianos ortodoxos significa que Cristo venció a la muerte y sacó a Adán y Eva, símbolo de la humanidad, del castigo eterno, es así como en esos tres días que siguen a los treinta y tres años de su existencia terrena Jesús salvó a la humanidad.

Pero el infierno sigue existiendo en el inconciente colectivo de los cristianos y es uno de los reguladores de la convivencia pacifica de la especie humana. El vaticano se ha pronunciado recientemente con respecto al infierno diciendo que no es un sitio de llamas sino mas bien un sitio sombrío y frió.

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