domingo, noviembre 11

La inseguridad nos toca de cerca.

La inseguridad a veces nos parece que es algo que por suerte no nos toca a nosotros, las victimas son personas ajenas que viven en zonas inseguras, que alardean de sus bienes sin tener el menor cuidado o que salen en las noches a zonas peligrosas sin tomar la mínima precaución; pero, desafortunadamente la realidad es otra. En cualquier lugar, aun frente a nuestras viviendas, entrando o saliendo del trabajo podemos ser víctimas del hampa.

Ayer a las siete y treinta de la noche, una pareja cuya edad estaba sobre los sesenta años esperaban a que se iniciara la boda de un sobrino frente a la iglesia del Marqués en Caracas, allí fueron victimas de dos atracadores que les quitaron de seis tiros a cada uno la vida. El era un reconocido cirujano, ella su esposa, esperaban para los próximos días la llegada de un nieto. Ellos, parientes muy queridos de mi esposa, se fueron frente a una decena de personas muy cercanas que ahora saben que la inseguridad está mucho mas cerca de lo que se piensa y que es mucho mas real que los números de una estadística que presenta el gobierno los lunes o algo que ocurre en un barrio marginal o en un oscuro callejón del centro de Caracas.

Mis condolencias a todos los familiares de estas dos victimas y de todos los demás desamparados habitantes de este país que han caído a manos de un hampa que actúa bajo la sombra de la impunidad en una sociedad cada vez mas violenta. Cuídense todos y que Dios nos proteja.

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