martes, abril 3

Médicos sin escrúpulos.

Hace diez años tuve la oportunidad de asistir a una persona a quien se le había muerto un familiar muy cercano en un centro clínico de San Cristóbal, un medico amigo se me acercó y me dijo, revisa bien la cuenta que aquí no perdonan a nadie, en efecto estaban cobrando una transfusión total de sangre y un servicio de ambulancia que no se correspondía con el tratamiento del occiso, cuando le pregunté a mi amigo me dijo que el día anterior habia ingresado un motorizado herido a quien se le habían prestado esos servicios y que no teniendo seguro había que cobrárselos a alguien, casualidad que la persona a la quien yo asistía tampoco tenia seguro, quedé con la duda de si la millonaria cifra coincidía que tuvimos que pagar coincidía con la realidad.

En el mismo centro clínico tuve que asistir, años después, a una amiga en la infausta situación de llevar a su hijo ahogado en una piscina, según el parte medico el niño llegó muerto, pero su tía quien era enfermera al tocarlo notó que todavía estaba caliente, habían pasado varias horas y ella señaló que no podía haber muerto antes de llevarlo a la emergencia. Pudiéramos decir que no se puede asegurar que lo que dijo en su dolor la tía sea exacto, pero al hablar con el medico uno de los familiares le contó que el niño era nieto de una persona muy acaudalada y el médico respondió: hubieran dicho desde el principio.

Un oftalmólogo en el mismo centro clínico atendió a una paciente muy pobre que le referimos, no le cobró la consulta, pero la envió para una óptica de la cual es socio a que le hicieran unos lentes con la formula que el mismo le había dado, el presupuesto que le hicieron fue un quinientos por ciento mayor que lo que le costaron los lentes en otra óptica.

Un conocido médico de San Cristóbal me atendió referido por un buen amigo y me diagnosticó diabetes B, tampoco me cobró la consulta, pero me envió para una “clínica” en la cual prescribían y vendían el medicamento Xenical, yo ya había tenido una mala experiencia con ese medicamento y se lo dije a quien me atendió, quien visiblemente molesto se negó a prescribirme otro medicamento, razón por la cual fui donde otro medico quien simplemente me prescribió una dieta y superé el problema sin necesidad de usar ninguna medicina.



En el mismo centro clínico al que estoy haciendo referencia mi padre estuvo varios días en cuidados intensivos cuando mi hermano lo estaba acompañando le dijo que le iba a demostrar que la terapia intensiva no servia para nada y se que todos los cables que le unían a los monitores, ­“- Estoy muerto”, le dijo, “ – y aquí nadie hace nada”. Mi hermano llamó de inmediato al medico tratante, quien llamó al intensivista y este al personal de la UCI, de un regaño no pasó la cuestión pues nueve años después los mismos ineptos siguen allí.


Hoy el Presidente de la República ha anunciado que podria tomar medidas para regular los servicios médicos, se que muchos de quienes prestan esos servicios son personas abnegadas, dedicadas al trabajo y que merecen una remuneración cónsona con ello, pero pienso también que ha llegado la hora de parar el abuso que un buen número de médicos como los cuatro que cité hacen que hoy día se vea injustamente a ese gremio como un gremio de bandidos que trafican con la desgracia del prójimo.










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