No soy teólogo, ni siquiera me considero una persona religiosa al extremo. Trato de vivir respetando ciertos valores entre los cuales se encuentra el respeto a Dios. Desde pequeño me enseñaron a ir a misa, fui bautizado como católico e hice la primera comunión, me confirmé, me case por la iglesia y he bautizado a mis dos hijos, el mayor está haciendo su curso de catecismo para poder recibir la comunión. Tampoco soy antropólogo pero me interesan los temas que tienen que ver con el hombre y su relación con Dios y aun que soy católico creo que los hombres hemos creado una idea de Dios que se corresponde más con la imagen de nuestra vida terrena que con la espiritualidad..
La idea de Dios responde a un arquetipo que tiene mucho que ver con la cultura de cada pueblo y la razón de ser de este concepto es que la mayoría de los seres humanos que creemos en Dios basamos esa creencia en un acto fe, entendiendo como tal la aceptación de que vivimos en la oscuridad, pero tenemos la convicción de que la luz existe aunque no la hayamos visto.
Mientras escribía estas líneas se me presentó mi hijo de ocho años con una amiga de su misma edad que también está asistiendo al Catecismo y aproveche para preguntarles sobre Dios, no me supieron responder de primeras pero ahondando un poco más me dijeron que lo concebían como de sexo masculino, blanco y con barba y viviendo en el cielo, algo así como un pueblo que en lugar de casa tiene nubes y donde no hay hormigas ni zancudos.
Esto indica que hemos creado una imagen de Dios que se corresponde más con el mito que con la realidad. No dudo que Dios exista, pero me niego a creer que sea un viejo bonachón vestido con una túnica azul, sentado en una nube mandando castigos a quienes nos portamos mal y premios a quienes se portan bien.
Carl Jung por ejemplo en alguna oportunidad respondió a la respuesta de si creía en Dios diciendo “ – No creo en Dios, lo conozco.” Esa es la razón por la cual podemos pasar la vida entera teniendo fe en Dios sin encontrarlo, pues lo estamos buscando en una idea que nos hemos creado de El y no en su verdadera esencia.
La filosofía Cristiana para explicar a Dios nos habla de un misterio, el de la Santísima Trinidad que ve a Dios como Padre, hijo y Espíritu Santo. Dios no es materia aunque la materia es parte de Dios, porque como nos han enseñado Dios está en todas partes.
La Trinidad vista en perspectiva del pensamiento de hoy presupone la paternidad universal del creador, paternidad esta que responde posiblemente a un concepto político el concepto de Pater Familias de los Romanos, pero también al hecho de que Dios es creador de todo “lo visible y lo invisible” y es además padre de Cristo el Salvador, quien es además hijo del hombre, al Espíritu Santo simbolizado por una paloma lo entiendo yo fuerza espiritual que nos une a Dios y que une a Dios en su Trinidad. Pero la filosofía Cristiana deja espacio para lo desconocido a través del misterio.
Muchos pueblos primitivos creían en deidades masculinas pero también femeninas. Maria Lionza, la Diosa indígena de Yaracuy es vista una mujer enérgica y poderosa. Para Muchos Cristianos la Virgen María representa esa parte femenina de Dios que no está presente en la Trinidad, he escuchado incluso a algún cura decir que María representa al Espíritu santo.
Los Santeros Africanos que desarrollaron sus religiones en el Caribe transformaron a sus Dioses identificándolos con los santos de la Iglesia Católica, así por ejemplo Changó es Santa Bárbara.
Así pues que en este mundo de oscuridad en el que vivimos es posible caer en el porque no nos preocupamos de buscar a Dios y lo dejamos en el arquetipo y como estamos ciegos frente a un dogma impuesto podemos caer podemos caer en el fundamentalismo al creernos dueños de la verdad y de allí que durante la historia de la humanidad se hayan librado tantas guerras en nombre de Dios pues los fundamentalistas están absolutamente convencidos de que su doctrina es la única verdadera y todas las demás, falsas. Por eso ellas no tienen cabida, pueden y deber ser combatidas. El mensaje de Cristo fue todo lo contrario predicó la humildad, aunque lleguemos a conocer la verdad debemos asumirla con humildad y el amor. Amar a tu prójimo como a ti mismo.
2 comentarios:
Ahi te va un comment
Pronto te comento, sabes te leo desde hace tiempo (aunque en las últimas semanas he estado con mucho trabajo) pero creo que nunca te había comentado.
un abrazo
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