Hoy leí un post que escribió mi amigo Alex en su Blog
“De Todo Para Todos”. El Blog de Alex es de por si uno de los sitios que con mayor frecuencia visito. El es astrólogo y aunque no escribe mucho sobre el tema, su escritura me atrae por lo rico del contenido, lo bien documentados de sus artículos y por una especial sinergia que siento hemos desarrollado a lo largo de nuestras mutuas lecturas, aunque se que mis temas por lo general son mas banales, mas anecdóticos y menos documentados. Volviendo al tema, Alex escribió algo que me trasmitió una gran dosis de energía, no lo dijo, pero entre las líneas de su escrito se podía percibir la felicidad de una persona que vive un momento mágico, un encuentro con su propio ser. Lo mejor de todo es que desde hace unos cuantos días he venido experimentando una sensación semejante, ayer, por ejemplo, les contaba de mi regreso al campo, de recorrer pasos perdidos y volver a sentirme joven. Le dejé una nota a Alex en su Post, pero pensé que era bueno compartir con todos ustedes estas experiencias.
A propósito cuando le respondí a Alex recordé un verso de Miguel Hernández llamado Elegía a Ramón Sijé y caí en cuenta que los Adgios y las Elegías lejos de deprimirme despiertan en mi otro tipo de energía, la energía del adiós, pero de un adiós bonito, lleno de recuerdos gratos. No creo que ese haya sido el espíritu de Hernández al escribir esos versos, pero al fin y al cabo dejó ellos sus sentimientos para con un amigo a quien quería.
Por supuesto no me puedo despedir hoy de Ustedes sin transcribir un pedacito del poema:
Fragmento de la Elegía a Ramón Sijé (Miguel Hernández)
(En Orihuela, su pueblo y el mío,
se me ha muerto como el rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería.)
Yo quiero ser llorando el hortelanode
dela tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado
2 comentarios:
A propósito del reencuentro con el ser, suele suceder varias veces a lo largo de la vida. Tal vez con el paso de los años se comienza a disfrutar de lo elemental, de lo básico y es típico después de unas vacaciones que pulverizan el hastío de la cotidianidad.
P.D. Efectivamente en el C.M (IPSFA) en Caracas estaban los champiñones. Saludos
ruurmo
Querido amigo, muchas gracias por este post y por las palabras y sentimientos que vuelcas en él. Me siento honrado, muchas gracias!!
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