JACHAS
En 1.975 cuando mi padre llegó a la aldea El Sinaral del hoy Municipio Andrés Bello del Estado Táchira, las cosas eran bastante diferentes a lo que son hoy. Pocas eran las personas que Vivian en la orilla de la Carretera Trasandina, la mayoría de ellos eran analfabetas y vivían montaña adentro, no se si huyendo de la civilización o escondiendo su ignorancia. La luz eléctrica no llegaba hasta las casas, el gas era un lujo, la mayoría de las cocinas eran a leña, unas pocas a kerosene. La señal de televisión a duras penas se veía en algunos lugares que tenían luz eléctrica, pero llena de distorsiones y algo que se conocía en aquella época como llovizna. Pocos eran los adelantados que se atrevían a manejar un automóvil, entre ellos Andrés Parra , quien era conocido en la comunidad como “Jachas”, remoquete este que le hacía enfurecer. También estaba Antonio Pernia, un hombre que parecía mas bien venido del pueblo. Antonio tenía el contrato de llevar el agua hasta los paramos en los que estaban las antenas repetidoras de televisión, aunque su verdadero negocio era destilar “miche claro” una especie de aguardiente hecho en alambiques de cobre, mientras que “Jachas” recogía la basura de las casas que estaban a orillas de la carretera.
Han transcurrido treinta años, la prosperidad económica fue tomando la zona, gracias en buena parte al cultivo de flores que introdujo mi padre quien sabiamente enseñó a sus vecinos a sembrar, esa fue su vocación. Muchos de los hijos de aquellos que habitaban las aldeas en las que se implantó el cultivo de flores son transportistas, propietarios de varios camiones y de busetas que prestan el servicio a la misma zona, otros son dueños de cultivos de rosas, claveles, crisantemos, astrometrías u otras especies de flores de alta factura. Algunos son suscriptores de Direcctv, otros tienen equipos de DVD en sus casas. El celular es una necesidad desde la adolescencia, pues los mensajes de texto son la forma ideal de comunicarse con los levantes. Lejos quedó la época en que se refugiaban en las montañas huyendo de la civilización. En Cordero Hay unos cuantos Cybers donde los otrora campesinos hacen contacto con la realidad del siglo XXI. Los indices de alcoholismo se han disminuido notablemente y el analfabetismo prácticamente ha desaparecido.
Ayer me enteré que Andrés Parra, el mismo que recogía la basura hace treinta años, es hoy el médico de la comunidad. Sus curaciones son hechas a base de hierbas y medicinas naturales que trae de Colombia, es un anciano ya, usa lentes y bastón, lo que lo hace ver mas sabio. Los vecinos no creen mucho en el, aunque a veces siguen sus tratamientos, su fama ha trascendido a su comunidad y muchas personas de todo el país vienen a buscar la sanación con sus tratamientos, muchos dicen que lo que los cura es la fe, pero lo cierto es que “Jachas” fue uno de los pocos que hace treinta años se atrevió a salir de las montañas, a comprar un camión destartalado, a aprender a manejar. A poner electricidad en su casa y mirar un poco más allá de los otros que Vivian encerrados en la ignorancia prefiriendo pensar que ese mundo que estaba mas allá de su terruño no era para ellos.
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