jueves, julio 7

UN DÍA PARA RECORDAR.

Gracias e al incentivo de alguien que firma como el lector anónimo y que siempre está pendiente de las cosas que reseño sobretodo cuando escribo sobre el Estado Táchira he retomado la vieja costumbre de viajar por este bello estado. El pasado cinco de julio, día de fiesta nacional, le tocó a la ruta que conduce del páramo del zumbador a Michelena, La idea era hacer un pick nick al mejor estilo del estereotipo importado, así que llevamos una cesta con sandwiches de jamón y queso, galletas reinitas, unos duraznos que compré en el mercado mayorista de Táriba, chocolates, maní y otras chulerías, también llevamos una cava con refrescos y agua. Mi esposa no tuvo la precaución de poner unos cubitos de hielo adentro, pero como algunos refrescos estaban congelados no hizo falta. El día estaba precioso, un sol radiante nos acompañó durante casi todo el trayecto, aunque en el paso por El Zumbador el páramo estaba nublado, así que pudimos disfrutar de la neblina. Antes de llegar a Angarabeca, sitio donde mi padre tuvo una finca hace más de veinte años y que era el sitio que yo había escogido para almorzar, nos detuvimos a comer moras silvestres cosechadas de un matorral que había a la orilla de la carretera, Juan Cristóbal mi hijo de ocho años, Maria Camila, la consentida de apenas tres años y Paola una vecinita de la misma edad de mi hijo disfrutaron de la experiencia de cosechar y comer las moritas. Luego les dije que escogería para almorzar un potrero donde podría haber algún toro bravo, así que habrían de tener cuidado, también les advertí de las hormigas que se nos podían llevar las reinitas. Cuando llegamos al sitio estaba parada nuetra amiga Reina Shawaitzer, quien venía con una colega suya, psicóloga, de Medellín a mostrarle nuestros paisajes. En El Llanito, como se llama la finca ubicada en un hermoso valle, llamado Angarabeca, que está a 2400 metros sobre el nivel del mar estaban arando con bueyes. En el potrero mas verde y mas plano nos sentamos a comer, no tardó mucho para que apareciera una vaca bramando y tres viejas ovejas que seguramente están acostumbradas a que les den algo de comer. Los niños se asustaron y estaban a punto de salir corriendo, cuando María Camila se levantó y agarró un chamizo y levantando las manos en actitud desafiante hizo un gesto para espantar a los animales que curiosamente salieron huyendo despavoridos. “– Ya se fueron. “ dijo la pequeñita y se sentó de nuevo a seguir comiendo. De regreso entramos a un cultivo de flores a buscar unas plantas de astromeria para sembrar en nuestro terreno de Mesa de Aura en donde tenemos la fabrica de Conservas La Nona, Una señora nos atendió bien pero no tenían las plantas. Los cultivos se veían acabados, incluso los rosales que son famosos en la región. Luego pasamos por Plantar, el cultivo de nuestro viejo amigo José Antonio Molina, quien falleció hace unos tres años. Las cosas tampoco se veían bien allí, aunque no llegamos a entrar al cultivo. Al llegar a Michelena tomamos la carretera Panamericana, luego cruzamos hacia Peribeca, en ese hermoso sitio que se llama Vivero Peribeca nos comimos unas deliciosas fresas con crema. Luego el trafico estaba insoportable y el recorrido hasta San Cristóbal, que normalmente hacemos en quince minutos, nos tomó una hora. El costo del día de campo, incluida la gasolina, los duraznos, los sandwiches los refrescos y las fresas con crema, apenas si llegó a cincuenta mil bolívares, es decir veinte dólares.

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

En esa ruta, en la cual por cierto hace mucho frío cuando el día está nublado, le regalé unas rosas a mi hija que cumplía en ese entonces 09 años...hacía tiempo que no veía a alguien tan feliz!

ruurmo

José Luis Restrepo Giraldo dijo...

La felicidad se construye con pequeños detalles, no se compra ni se envuelve como en el poema de Juan Cristóbal. El recuerdo del día de campo, cuatro o cinco horas de compartir la vida con sencillez tampoco tiene precio..

Anónimo dijo...

"chamiza"! Muchacho! tenia AÑOS que no leia/oia esa palabra! q nota vale...
Has ido por los lados de pregonero, ahi se sube pero en jeep a ratos crees q te vas a caer por un barranco pero es bien nota, uno de mis sitios favoritos en Venezuela.

José Luis Restrepo Giraldo dijo...

Tengo añps que no voy a Pregonero, entiendo, la última vez que fuí lo hice en una van econoline de Ford, hace unos veitipico de años siendo aun un chamo. He oido que el Miche de allá es famoso. La ruta que si conoaco bien es la de Bailadores aunque tengo mis tres años que no voy por allá