No dudo en afirmar que el más grande evento del Siglo XXI ha sido la peregrinación a Roma de cuatro millones de personas que fueron a despedir a Juan Pablo II. Esos cuatro millones de peregrinos representan la fe y la esperanza del pueblo de este planeta. Claro que representan además el fruto de veintisiete años de trabajo de un hombre que tenía muy claro cual era su camino. Mas de tres mil millones de personas fuimos testigos del adiós a Juan Pablo II gracias a la televisión, pero también miles de millones se hicieron participes de las demostraciones de fe en todo el mundo. El horror del atentado de las torres gemelas ha pasado a un segundo plano, los temores de un gran atentado en Roma quedaron disipados.
Juan Pablo II, predicó la paz, pero también dijo a los pueblos oprimidos que no tuviesen miedo. Un semanario español hizo una encuesta entre los peregrinos para saber que les había llevado a Roma, la mayoría respondió que Juan Pablo II porque les había mostrado el camino hacia Cristo. Ahora sabemos con certeza que existe subyacente en todos nosotros un alo de fe y de esperanza. Solo entendiendo que el signo de los tiempos que se avecinan no puede ser otro sino la paz y venciendo los miedos internos es como podemos vencer el miedo a construir por fin la civilización del amor. El tiempo del pueblo cristiano parece estar llegando. Pidamos por un pastor que esté a la altura de lo que parece estar por venir y pidamos también por tener suficiente valor para dejar salir la fe de donde ahora subyace,. Es decir, pidamos porque todos los días tenganos el corajenecesario para dar testimonio de nuestra fe.
José Luis Restrepo
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