Dice Serrat en uno de sus versos que
"De vez en cuando la vida
Se nos brinda en cueros
Y nos regala un sueño tan escurridizo
Que hay que andarlo de puntillas
Por no romper el hechizo."
Y es que es esencial poder compartir con otros momentos irrepetibles, el amor en todas sus manifestaciones: la esposa amada, la hija que cumple quince, el hijo que se manifiesta luchador por la patria, el que está y no lo sabias, los amigos que llegan, los que no siempre están pero permanecen siempre en un escondite del alma y reaparecen oportunos cuando menos se les espera.
De nada serviría el sol, la luna, la brisa, el mar, las montañas y el arco iris si no existiera una forma de compartir con otros todas las energías que a diario nos regalan. El poder dar sin esperar nada a cambio, el recibir sin sentirse pagado, el recompensar y el ser recompensado son claves de la felicidad.
Por eso continúa diciéndole a la vida el poeta que
"hace de nuestra medida
Toma nuestro paso
Y saca un conejo de la vieja chistera
Y uno es feliz como un niño
Cuando sale de la escuela."
JLR 15/11/16
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