domingo, febrero 15

¡Adiós a un amigo!

Una de las pruebas más difíciles de la vida es cuando nos toca despedirnos de un ser querido, de un padre, de un hijo, de hermano, de un amigo o simplemente de alguien que hemos apreciado.  Cómo quisiéramos que todo nuestro entorno permaneciera por siempre, pero de ser así no estaríamos permitiendo la evolución de la vida misma que es el objetivo último de la existencia. 

Cuando alguien muere trasciende, se transforma y se eleva a una esfera espiritual mas alta y a su vez nos transforma a todos quienes estuvieron a su alrededor. Poco a poco vamos comprendiendo que el espíritu de quien creíamos que se había ido permanece entre nosotros. Hay quienes hablan de la muerte como un momento alquimico, en el que la realidad mundana se transforma un una nueva que apunta a la plena realización espiritual, al encuentro con la iluminación. 

Un amigo se ha ido, se nos adelantó en el camino y pasó orden distinto de realidad.  Estamos seguros que está disfrutando de la otra vida,  ya que durante su vida eso fue lo que trasmitió a,través de su bondad, su jovialidad, su espíritu de solidaridad y de servicio. Espero que podamos vernos en el otro mundo amigo. 

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