miércoles, diciembre 31

Venezuela 2.015

La historia del siglo XXI en Venezuela ha estado marcada por un  proceso que se originó por una crisis institucional que trató de abrir caminos a una nueva institucionalidad, basada en un nuevo texto constitucional y en la renovación de los poderes constituidos. Pero el proceso se tornó difícil y lento y lejos de generarse el esperado cambio basado en una alianza cívico militar el rumbo que tomó el país nos ha conducido hacia el ahondamiento del estatismo y no el centralismo en la que el factor petróleo sigue siendo eje de la economía y la política. 

Aunque la vocación de los líderes del gobierno, según el discurso oficial apunta a lo social la sociedad ha quedado en segundo plano al no tener el protagonismo deseado en la construcción del país, pues el rentismo petrolero hace prácticamente innecesaria la actividad productiva, pues el Estado se ha creído capaz de satisfacer todas las necesidades de la sociedad a través de políticas de importación de bienes y servicios. Pero después de quince años el modelo parece estar llegando a una nueva crisis manifestada por el exceso de consumo, el colapso de las redes de distribución, la inflación desmedida y las distorsiones causadas por el subsidio a las importaciones a través de un esquema cambiario que lejos de poner un paliativo a los problemas internos lo que ha hecho es agravarlos.

El gobierno ha intentado ganarse el apoyo de las masas y en cierta medida lo ha logrado. La oposición por su parte ha sido incapaz de presentar una alternativa al proyecto chavista. La unidad se ha dado en torno a una premisa negativa, simplemente cambiar a los actores del actual proyecto para erigir uno nuevo, pero por ningún lado aparecen las bases del programa que ha de sustituir al actual. Las vías de cambio son básicamente dos: el cambio violento por la fuerza y el cambio democrático, a través de elecciones. Para el primero haría falta el apoyo de Fuerza Armada y para el segundo la creación de organizaciones populares con arraigo en la sociedad. Ninguno de los dos factores parecen estar dándose. Queda una tercera opción que seria el colapso del gobierno por la caída de la renta, pero el rumbo a partir de allí es totalmente incierto.          

Así comienza 2015, lo único pronosticable es que sea cual fuere el escenario lo que se impone es una mayor participación de la población en las actividades productivas y un reencuentro de la sociedad con base en la idea de un país unido, con disposición a un cambio radical que permita la participación de todos,los factores productivos en la construcción de una nueva realidad en la que la exclusión no sea aceptada.    

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