jueves, agosto 15

Recordando a mi padre.

El recuerdo más antiguo que tengo de mi padre es de el momento en el cual llegaba de trabajar y asomaba la cara en la cuna donde estuve los primeros días de mi vida, recuerdo su cara sonriente, de satisfacción y recuerdo también su olor, nunca fue amante de los perfumes, así que era el olor que se acumula después de la jornada de trabajo, algo de sudor, pero no penetrante ni desagradable. Esta imagen se había borrado hasta que nació mi primer hijo y también yo iba a mirarlo en la cuna, cuando veía a mi hijo mover alegremente sus manos y sus piernas recordaba a mi padre jugando mi rol casi cuarenta años atrás.

Don Mario, como le llamaban los amigos, tuvo un gran don de gentes, idolatrado por sus sobrinos, querido por sus empleados, amigo de sus compañeros de trabajo, confidente de los jóvenes, admirador de la belleza femenina, lo que por cierto nunca le ocultaba a ninguna mujer, pero normalmente no las hacia ruborizar porque siempre fue caballeroso y respetuoso. Su honestidad nunca dejó duda, cuando yo era niño el era un reconocido agrónomo, trabajó para Nestlé en en complejo industrial de Buga La Grande en el Valle del Cauca, muy cerca de allí, en Tuluá nací yo. Su carrera la hizo en la Universidad de Lousiana, hablaba perfectamente el inglés, ya que vivió ocho años en Baton Rouge donde está la sede de LSU.

 Su madre Doña Flavia Echeverri era una mujer dura, pero amorosa, con su temple crió a seis hijas y a mi padre que fue el menor, quedó viuda de mi abuelo Mariano cuando mi padre tenía tres años, quizá de allí el  temple de matrona que tenía mi abuela de quien tengo gratos recuerdos, pero no muy abundantes, pues siempre vivimos lejos de ella, así que sólo la veíamos en vacaciones o cuando nos visitaba. 

Mi padre siempre recodaba los primeros años de su vida en Armenia, lo vestían con zapatos cuando sus demás compañeros de escuela andaban descalzos, así que los de el dejaba en casa de algún amigo. De lo que si no se salvaba era de la ropa de niño rico, decía que le pusieron mameluco hasta que le alargaron los pantalones, lo cual era una especie de rito que se hacía al llegar la pubertad. Los mamelucos se los hacían mis tías y el contaba que no tenían bragueta, razón por la cual le costo aprender que los varones orinaban parados.

A los doce o trece años lo mandaron a estudiar a Medellín en el internado de los Hermanos Maristas, cuenta mi tía Fany, quien se fue en 1935  dos años antes  que el a estudiar también en la capital de Antioquia, que mi padre pasó por todos los colegios de Medellín, estudió  incluso en la Escuela Técnica de Medellín donde desarrolló su afición por la matemática y la física, pero su verdadera pasión era el campo lo que lo llevó a estudiar agronomía  en Estados Unidos en 1.943. Mis tías le decían que estaba estudiando para mayordomo de finca. En un reencuentro de la familia que tuvimos en 1986, si no me equivoco mis primas montaron una parodia dramatizada, en la que con mucho humor antioqueño decían que se había ido a los Estados Unidos a estudiar la forma de alimentar las vacas con café para que dieran café con leche.

Los años de la universidad eran quizá los más recordados por el, contaba mil historias inolvidables, entre ellas la de un bar contra el que chocó su automóvil, cuando lo pagó le puso precio a las botellas quebradas  destapadas y a las que estaban selladas y una vez pagada la indemnización invitó a todos sus amigos a tomarse lo que pudieran colando el licor en una media. 

También contaba la historia de una amiga que era telefonista y que para tomarle el pelo a sus amigos le pidió que les dijera que era adivino, ella lógicamente le daba todos los datos de las personas, los cuales escuchaba en la central telefónica, en aquella época los teléfonos eran manuales y se conectaban con la central con clavijas. El "psico" se hizo famoso y contaba que vino a consultarlo inclusive un empresario de Atlanta, dueño de una gran tienda por departamentos, desde entonces y por un buen tiempo no tomaba ninguna decisión sin consultarlo a el primero, pero antes de que la farsa pasara a mayores mi padre decidió decir que estaba sufriendo de cansancio a causa del esfuerzo mental que le producía la adivinación. 

La adivinación por cierto era una de sus bromas favoritas, viviendo en Buga La Grande compro una wija y pudo tomarle el pelo a más de un amigo invocando espíritus de amigos y familiares. Otra de sus pasiones fue el ocultismo, hablaba de viajes astrales y llegó a contarnos de una visita suya a un lejano planeta llamado Ipernia, el cual describió con pelos y señales como una civilización muy avanzada. También fue lector de los libros de Eric Von Daniken y estudioso del calendario maya en la época en que poco se hablaba de eso. Decía ser escéptico por su formación científica, pero en el fondo creía en todo incluidos extraterrestres y fantasmas.

 Contaba que estudiando en la Escuela Técnica de Medellín tuvo un profesor de física  que dibujaba diagramas y hacia ecuaciones para demostrar que los viajes interplanetarios eran factibles. Para esos años, mediados de los cuarenta, calculo, era impensable que el hombre pudiera viajar al espacio, una comisión de estudiantes entre los que se encontraba el fueron a hablar con el ministro de educación de la época, quien al ser puesto en conocimiento de las ideas del profesor lo destituyó inmediatamente. Años más tarde cuando la carrera espacial se hizo realidad lamentaba la equivocación cometida.

En el año sesenta seis dejó la Nestlé por un trabajo con CPC, la dueña de Fruco, Maizena y Knorr, era el jefe del departamento de extensión agropecuaria, allí inició los cultivo de espárragos en el Valle del Cauca, además de una serie  de cultivos para los distintos productos de Fruco, el maíz para Maizena  y muchos otros productos más. En Cicolac había desarrollado la cría de ganado Pardo Suizo en Colombia con producciones de leche  récord en la Historia. Para esos tiempos era común que le entrevistarán para revistas especializadas en la materia.

En 1968 CPC le envió a Venezuela, donde echó raíces, primero con un proyecto de desarrollo agropecuario en Portuguesa, allí fue impulsor de la del cultivo de sorgo junto a Juan Pedro del Moral, con quien cultivó una gran amistad, ambos impulsaron además la creación del Central Río Guanare y de Meladuras Portuguesa, Melaport, que posteriormente se convirtió en el Central Tolimán, allí también comenzó su carrera como empresario agrícola, fundó varias empresas dedicadas al cultivo de cereales principalmente.

En 1.975 una serie de temblores en Guanare unidos al hecho de que ya mi hermano y yo estábamos terminando los estudios de bachillerato le hicieron pensar en regresar a Colombia, visitó sus viejos amigos en su país natal y al ver la situación económica y social del país decidió buscar un lugar en Venezuela donde pudiera desarrollar un proyecto floricola, que era la novedad en Colombia, así llegó al Táchira donde no sólo fundo su empresa Cultivos Bonanza, dedicada al cultivo de flores, sino que además dejo iniciado otro proyecto Vivero Peribeca,  este estado le debe el haber masificado el cultivo de flores y de plantas de navidad. En sus últimos años incursionó nuevamente en la ganadería en la zona sur del lago de Maracaibo, donde además experimentó con los cultivos  de piña y  guanábana.

Un día como hoy 15 de agosto nació mi padre en el año 1924. Murió el 15 de noviembre de 1998. Muchas anécdotas , muchos amigos, muchas obras de Don Mario quedan para contarse, será  en otra ocasión. Mi admiración por mi padre es inconmensurable. Fue una persona como pacas, con sensibilidad social, buen humor, capacidad infinita de amar a sus semejantes, respetaba al rico, al pobre al sabio y al ignorante. Al morir supimos que hacia obras de caridad sin que nadie se enterase, así lo hicieron saber las personas que recibían ayuda de el. Le echamos de menos.

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