miércoles, septiembre 26

La profecía maya.

La profecía maya dice que para el año 2.012 cambiará la conciencia universal y que el mundo entrará en una nueva era de armonía. Para el 2.012 falta poco mas de cuatro años, así que los signos del gran cambio deben estar manifestándose ya.

A juzgar por los hechos históricos mas recientes es probable que al llegar el año marcado por el candelario de los ancestros del norte de nuestro continente se diga que los cálculos estaban errados y que realmente cuando ellos se referían al 2.012 no lo hacían literalmente. Pero surgen un par de dudas la primera, si como se vaticina se produce un colapso ambiental la humanidad podría tomar conciencia de ciertos valores que parecen hoy olvidados, tales como la solidaridad, el respeto al medio ambiente y la espiritualidad. La segunda inquietud está referida a los movimientos políticos que se están gestando en el subcontinente y que van desde el movimiento zapatista que ha surgido en la tierra de los mayas, el movimiento indigenista de Evo Morales en tierras de los Incas o el bolivarianismo surgido en el Caribe y que parece ser replica del socialismo marxista de Cuba surgido a mediados del siglo pasado.

Hace un par de décadas podría leerse la profecía pensando en la caída del muro de Berlín o en la flamante globalización que prometía a los habitantes del planeta paz y bienestar social y económico al punto de llevar a todos los pueblos a niveles de desarrollo de los llamados países del primer mundo. Con esa historia se produjeron las privatizaciones de las empresas estatales que manejaban la generación de energía, las telecomunicaciones y hasta la distribución de bienes esenciales como el agua corriente, el gas domestico, la educación y la salud. Pero las cosas no parecen haber dado los resultados esperados. Con la salvedad de Chile Y Colombia está formula parece haber fracasado en el resto del subcontinente. El índice de pobreza es cada vez mayor haciéndose cada vez mas factible una explosión social.

Creo que es mejor que no creamos en la profecía Maya, pues ninguna de la dos opciones es muy alentadora que se diga. En ambos casos estaríamos al borde una guerra o de un cataclismo natural.

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