sábado, octubre 29

Un Abrazo...

En mis años de existencia, que ya casi llegan a cincuenta, nunca me había ocurrido algo semejante, ni había escuchado a nadie contar una historia parecida. Ayer fui a la panadería que está en la estación de servicio de Las Lomas y después de hacer mis compras me percaté que el volumen de paquetes era demasiado grande, un joven de mas o menos treinta años, con evidentes trazas de retardo mental tomo algunos de los paquetes y me preguntó si me ayudaba, le dije que si y el con gusto me acompañó hasta el automóvil dejando is compras en la maletera los paquetes. Consideré oportuno darle una buena propina, la cual recibió el joven con mucha emoción. La forma de agradecer fue tan efusiva que me dio un apretado abrazo seguido de una expresión de afecto. Nunca había recibido respuesta semejante por lo que confieso que al principio me sentí incomodo, pero luego sentí que la manifestación de aquel muchacho respondía a sentimientos verdaderos.

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