EL MONO RIEL

Un domingo cualquiera mientras mi esposa preparaba los pankackes para el desayuno con mi hija María Camila de tres años, me quedé viendo un programa sobre adelantos del futuro en Discovery Channel. Allí mostraron como serán los autos del futuro, unos vehículos híbridos que en determinado punto de tu trayecto entran en un monorriel para convertirse en parte de un gigantesco tren, a la vez que recargan las baterías para luego continuar por vías secundarias y convencionales como auto particular.
Cuando estuvo listo el desayuno nos llamaron a la mesa. Juan Cristóbal emocionado por lo que había visto comenzó a contar como serian los vehículos del futuro, cuando llegó al punto de el monorriel, Maria Camila lo interrumpió diciendo:
“-Eso no se “cuede”. Curioso le pregunté pro qué, pero su mamá interrumpió la respuesta diciéndome:
“-Solo por llevarle la contraria al hermano.”
Yo intuía que había algo más en el razonamiento de la mente de María Camila que con apenas tres años ha demostrado tener su propio criterio, así que insistí:
“-¿ Por qué no se puede María Camila?
“- Porque los animales no pueden manejar”, respondió.
Obviamente asimiló lo de monorriel con alguna especie de simio.

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