El viernes primero de abril a las dos y cuarenta de la tarde, hora de Venezuela, iba yo caminando por el estacionamiento del Centro Clínico San Cristóbal cuando me crucé con una mujer que hablaba por un celular, llorando le decía a su interlocutor:”-si ya murió, lo acabo de oír en la radio.” El calor era insoportable, sobre el pavimento se veían espejismos y podía observarse como del suelo caliente salía el vapor generado por la imperceptible humedad dejada por una tímida llovizna que había refrescado la mañana. Yo apresuré el paso y me dirigí a la camioneta, enseguida sintonice a Unión Radio, la voz resquebrajada de Ana Maria Fernández hacia saber la infausta noticia: El Papa había muerto, la noticia no era oficial, pero se daba por un hecho que el desenlace de la enfermedad de Juan Pablo II había puesto fin a su vida. La periodista comentaba sobre la tristeza que se vivía en la Plaza San Pedro según podía observar en CNN.
“-No se cumplió mi sospecha.” Pensaba yo. Desde que volví a leer las profecías de San Malaquias, cuando supe que el Papa estaba enfermo había pensado que el Papa habría de morir el ocho de abril, día para el cual se anuncia un eclipse anular de Sol, pues Malaquias había identificado hace casi novecientos años al papado de Juan Pablo II, es decir el Papa número 110 desde sus días, con el nombre “de las labores del sol”. Pude constatar hace unos pocos días, gracias a la maravilla que es
Internet, que Karol Wojtyla, el Papa nació el 18 de mayo de 1920, día en que ocurrió un eclipse parcial de sol y que las fechas de su ordenación sacerdotal, su ascenso a obispo y su ascenso al Papado ocurrieron todas en meses en los que se produjeron eclipses parciales de sol.
”-Son solo supersticiones”, pensé,”- Nadie puede pronosticar el futuro.”
Llame a Mariangel por el celular y le di, con la voz entrecortada la noticia de la muerte del Papa, ella rompió en sollozos y me dijo:
”-Yo no quería que el Papa muriera, era una persona increíble.”
Mariangel no puede olvidar la ternura de la mirada del Papa, cuando en 1984 pudo verlo en su visita a Venezuela, pasó como a treinta metros del sitio donde ella aguardaba por su paso desde hacia horas , dice ella que a pesar de la distancia pudo percibir en el algo que nunca había sentido, quizá era la energía de su propia fe o el encuentro de dos energías de esas que solo se generan desde lo profundo de los seres humanos.
Mientras Mariangel recibía mi llamada Ana María Fernández decía, aun con un tono de voz que dejaba percibir su honda conmoción, que no se había podido confirmar la noticia, pero que oficialmente no había sido desmentida lo cual era indicativo de su veracidad, unos minutos después vino el desmentido: El Papa estaba muy grave, pero seguía con vida.
Las cadenas internacionales de noticias habían iniciado desde el momento en que la agencia Reuters difundió por todo el mundo el falso rumor de la muerte del Papa una programación especial para reseñar lo que había sido la vida de el Pontífice. La RAI trasmitió un reportaje, no solo extenso sino de gran contenido histórico en el que ensalzaba la vida de este hombre que habiendo nacido en Polonia tuvo que vivir la persecución de los nazis y de los comunistas soviéticos y que luego fue pieza importante para hacer sanar heridas que parecían incurables.
Lo cierto es que el Papa estaba grave, su estado decían voceros especializados era de agonía, se esperaba en cualquier momento su muerte, los cardenales de todo el mundo iniciaron su viaje a Roma para las exequias del Pontífice y para tomar parte en los actos de sucesión. La Gloria del Olivo, es el nombre que ha dado San Malaquias al próximo Papa, aun no se sabe por qué, algunos dicen que debido a su pontificado será ejercido en tiempos de paz, si así fuere esa paz se deberá en mucho a la obra de Juan Pablo II, quien pienso ha sido el prohombre que más grande de cuya existencia hemos podido ser testigos los hombres de nuestra generación, no en vano desde el domingo siguiente se le comenzó a llamar Juan Pablo El Grande, quiere decir esto que los valores del espíritu siguen teniendo un peso muy importante en nuestras vidas.
Veinticinco horas después de que Reuters diera la noticia el Papa falleció en su apartamento de El Vaticano, la tristeza en realidad nunca se había ido, la situación del anciano Pontífice agonizante no podía ser otra que la de sufrimiento. Descansó y nos dejó el recuerdo de un hombre valiente. La imagen del Papa envejecido y cansado pronto ha comenzado a cambiar en nuestras mentes por la del hombre joven lleno de energía que con su mensaje de paz heredado de Jesús aportó mucho más que un granito de arena para hacer mejor la convivencia de nosotros, los habitantes este hermoso planeta. Dios lo tenga a su lado y que su obra siga extendiéndose por la tierra.
Las exequias de este gran hombre se han pautado para culminar el día ocho de marzo con su sepultura en las catacumbas del Vaticano junto a la tumba de San Pedro, casualmente ese día será el eclipse anular de sol del que les hablaba.
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