LA PASIÓN

Ayer después de ir a misa y escuchar el evangelio según San Marcos en el cual se narra la pasión de Cristo decidí ver la película de Mel Gibson, la cual por cierto comencé a ver el año pasado en casa de un sobrino y la dejé comenzada pues la versión pirata que tenían estaba muy mal “quemada”, el sonido era terrible y la imagen peor, además de eso me pareció que era demasiado cruda para verla con mis hijos. Así pues ayer que alquilé una versión en DVD, con muy buen sonido y excelente imagen. Personalmente opino que el guión se apega bastante a lo narrado por los evangelistas, aunque si tiene algunas divergencias con el texto bíblico: vemos a Satanás personificado por una mujer, no aparecen los doce apóstoles y se obvia la última cena. Estos detalles que desde el punto de vista de la cinematografía son irrelevantes, hacen que la película no pueda tomarse como una representación fiel del texto bíblico. Me pareció también que se abuse de las escenas violentas, no digo que la muerte del Salvador no haya sido violenta, pero aquí se hace un énfasis casi morboso en las flagelaciones desde un punto de vista visual. Creo que nuestra generación que vio la pasión de cristo representada en una opera rock salió mejor librada, porque desde el momento en que entramos al cine a ver Jesús Christ Superstar sabíamos que estábamos frente a una expresión artística inspirada en un hecho histórico y místico, pues las pretensiones de la película no iban más allá.. En el caso de La Pasión es diferente, pues han querido hacernos ver que se trata de un documento histórico que hace una representación fiel de las últimas doce horas de vida de Jesús. Ustedes dirán que son dos películas totalmente distintas y es cierto como también lo es que Jesucristo Superestrella quedó en la memoria colectiva de una generación y eso fue lo que pretendió Mel Gibson con La Pasión. Pero, creo que por fortuna, no logró conseguirlo