miércoles, febrero 3

Iteté

Esta mañana muy temprano escuché la algarabía de las aves en las faldas del Avila, se destacaba el cacarear de un gallo desafinado y el trinar de un cristofué. Ese trino me transportó al pasado, cuando Juan Cristóbal era casi un bebé y se paraba en la ventana de su cuarto a responderle al cristofué diciéndole: itetè, itetè y los pájaros parecían oírle y responderle con sus trinos. La vida es bella, no podemos olvidar las cosas sencillas que nos han hecho felices.

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