martes, mayo 20

El pavo desnudo.

Hago la advertencia de que esta historia puede resultar nociva para la salud mental de los lectores. Por su contenido erótico, por el consumo alcohólico de los victimarios y las víctimas y sobre todo por el maltrato a los animales no es recomendada para menores de dieciocho años.

Hecha la advertencia les cuento que la historia tuvo lugar allá por los años sesenta cuando vivíamos en una vieja casona en Buga La Grande, al frente de la fábrica de Cicolac en donde trabajaba mi padre. El jardín de la casa que tenía más o menos una hectárea   Y estaba rodeado por una cerca de malla ciclón lo que hacia que todo lo que ocurría allí era visible para los vecinos y transeúntes. Mi padre, quien tenía entre sus aficiones criar pavos para consumirlos en Navidad ese año engordó un bello ejemplar para la cena de noche buena.

Al  ver el animal le comentó a Nora, una muchacha que trabajaba en la casa lo difícil que resultaría  pelar al animal, pues era bastante grande. La muchacha le respondió: "-No se preocupe Don Mario que si le damos aguardiente y lo pelamos vivo las plumas salen facilito."   Llegado el día agarraron al pobre animal y abrieron una botella del licor y comenzaron a darle de beber, obviamente cada que le daban un trago al animal mi papá y Nora se empujaban dos aguardientes cada uno, yo estaba muy pequeño para saber hoy si mi mamá fue cómplice del suceso, pero lo dudo, pues seguramente inventó alguna disculpa para evitar presenciar la cruel ejecución del ave.

El hecho es que cuando llevaban media botella comenzaron a sacarle las plumas al animal que estaba vivo, aterrorizado por la crueldad de quienes pretendían llevarlo no hasta la tumba sino al horno el pavo en un ataque de valor decidió huir y logró escaparse desnudo ya, mi padre y Nora, ya bajo efectos del alcohol comenzaron a perseguirlo por el jardín y nos pidieron que les ayudáramos en la tarea de capturarlo. El pobre animal no se salvó de que lo rellenara con el pan de maíz que había aprendido a preparar mi padre en Baton Rouge, pero no sin antes dar el ave un espectáculo nudista a los habitantes del pueblo del Valle del Cauca donde vivíamos. 

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