TIERRA DE "JOSOS"

Durante las vacaciones del año 2003 tuve la oportunidad de llevar a mis hijos la película de Walt Disney Tierra de Osos, la verdad que quedé fascinado con el argumento que deja el mensaje de la hermandad entre los seres humanos y los animales. Dicen que San Francisco de Asís desarrollo dentro de sus múltiples poderes sobrenaturales el de hablar con los animales a los cuales trataba con el apelativo de hermano, es decir los llamaba hermano oso, hermano lobo, hermano buitre etc. A San Antonio de Padua, discípulo del primero se le atribuyó el poder de haber sido escuchado por los peces del mar, los cuales dicen se asomaban a las playas a oír los sermones del Santo. De Leonardo Da Vinci se cuenta que compraba los pájaros que vendían los marchantes en las calles de Florencia para soltarlos de sus jaulas y devolverles la libertad. La vida urbana parece alejarnos cada vez más de los animales. Nuestra la relación se ha que tenemos con nuestras mascotas, perros, gatos o pájaros prisioneros en jaulas y la que tenemos con los pollos, vacas, peces y otros seres marinos, la cual se reduce a verlos en el plato y engullirlos para proveer a nuestro cuerpo la sobredosis de proteínas con la que generalmente nos alimentamos.
Todo esto viene a colación de que hoy rodando por la carretera trasandina recordé un viejo amigo que tenia olvidado: El oso frontino. A esta bella especie que los campesinos de la región llaman el “joso” tuve la oportunidad de conocerla en el año 1.999 en el zoológico de San Diego California, allí la estrella es el oso panda, pero el frontino tiene también su lugar de honor. Desde 1.976 yo vivo en los Andes venezolanos y tuve en una época la afición de caminar por los páramos y además de hacer largos recorridos en vehículos rústicos por las zonas más alejadas de nuestras montañas pero nunca pude ver un frontino su hábitat natural, escuché si muchas historias de campesinos que contaban haberlos cazado para comérselos y sacarles la piel, cosa que para usted amigo lector y para mi seria un crimen, pero que era usual en esos días para los habitantes de los páramos que vivían alejados de la civilización, esto es una o dos horas de la carretera, sin luz eléctrica, en consecuencia sin refrigeradores , así que la poca carne fresca que comían era la de la caza o la de los animales que sacrificaban para salar y ahumar. Lastimosamente el Oso frontino es una especie en extinción, ya que su hábitat natural son los bosques nublados de la cordillera andina en su zona tropical, es decir en los andes de Venezuela, Colombia, Ecuador; Perú y Bolivia. También desgraciadamente cada vez son más reducidas las extensiones de bosques húmedos que quedan en nuestras montañas y se estima que cada oso frontino requiere por lo menos de una hectárea de este hábitat para subsistir.
El oso frontino es una especie de más o menos unos dos metros de altura en su etapa adulta, se yergue erecto para alcanzar algunos alimentos de los árboles, es de color negro y es característica de su fenotipo una mancha de color más claro alrededor de los ojos, de allí le viene el nombre de oso careto que le es dado en Colombia. Hace algunos años el ya desaparecido Banco Andino hizo una campaña en pro de la protección de la fauna autóctona de los Andes que incluía a esta singular especie. La Universidad de los Andes, creo, ha hecho algunos estudios sobre el frontino y existen varias una páginas web dedicada a este animal que forma parte de nuestra fauna autóctona, les recomiendo la de Pedro Quintero que tiene una buena lista de links y mucha información sobre EL OSO FRONTINO, por cierto que la foto la tomé prestada de esa página.


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