Me duele que no se sepa cuantos murieron, me duele saber que fueron miles y que aún hay seres humanos muriendo, me duele ver las caras de los niños llorando y las de las mujeres desesperadas, me duele saber que pasan hambre y frío, que sienten el dolor físico y el del alma.
Me duele saber que los teníamos olvidado, pero mas me duele que los volveremos a olvidar como olvidamos a las víctimas del tzunami, a las de Vargas y a las de New Orleans.
Me duele saber que en mi pueblo hay niños con hambre y que poco pensamos en ellos, me duele saber que al final somos seres indefensos, que las fuerzas de la naturaleza son invencibes y que el sufrimiento no se detiene. Pero hoy me duele Haiti. Clemencia Senor, clemencia y por favor no dejes que caigamos en la ondolencia.
José Luis Restrepo G.
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