"-si comen del fruto del árbol prohibido perecerán."
Cuando Eva vio aquel par de esferas colgando le dijo a Adán:
" -echemosle bolas Ady, seguro que el viejo ni cuenta se da y lo más que nos puede pasar es que nos llame Adán y Eva Pérez".
Adán estaba dispuesto a decir que no, pero la tipa se cuaimatizó (de allí el cuento de la serpiente) entonces el pobre hombre, dominado por su costilla, como todos nosotros, cayó en la tentación y le echó bolas a la indecorosa propuesta de la diabla de Eva.
Así que en lo sucesivo ambos llevaron el apellido Pérez y pasaron a ser además los primeros exilados que conoció el planeta, pues todavía no habían ni cubanos ni venezolanos en Miami.
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